
El origen de los Godos.
Parece que los godos tienen su origen en la región sur de Escandinavia, en la actual Suecia, ya sea en Götaland, la punta más meridional de la península, o en Gotland, una gran isla entre Suecia y Dinamarca, ya que ambas en referencias históricas han sido llamadas Gothland. Lo más probable es que toda la zona haya sido hogar de pueblos emparentados con los que después se llamarían godos.
Entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. los habitantes de Gothland comenzaron a migrar hacia Pomerania, en la costa del Mar Báltico, en la zona norte de lo que hoy son Polonia y Alemania.
Los godos, se dividían en dos: visigodos o godos del oeste y ostrogodos o godos del este. Estos pueblos se habían ido infiltrando en el Imperio romano, que dio entrada a muchos individuos, primero en los cuerpos auxiliares del ejército y luego en las mismas legiones romanas.
También al despoblarse los campos fueron colocados en ellos como colonos. Después viene el período de las invasiones, siendo de las más terribles la de suevos, vándalos y Alános (405), y la de los visigodos, que entraron en Italia acaudillados por Alaríco (410).
A la península ibérica sólo vinieron representantes de la raza germánica tanto gótica, como teutónica o escíta: a la primera pertenecían los visigodos () y suevos (), y a la segunda los alános, vándalos y hérulos.
Una breve introducción al Reino Visigodo de Tolosa. Desde Alaríco primero hasta Alaríco segundo.
Estado germano creado por el rey Valia en la provincia de Aquitania (418-508). Entre sus monarcas destaca Teodorico II, que al servicio del imperio derrotó a los suevos en Astorga (456) y dejó algunos contingentes que formaron el primer establecimiento importante de visigodos en Hispania. Su sucesor Eurico consiguió en Hispania que los suevos se retiraran a Galicia y ocupó Lusitania; extendió su reino por la Galia, apoderándose de Arlés, Marsella y el litoral de Provenza; también promulgó el código que lleva su nombre, recopilación del derecho visigodo. Su hijo y sucesor Alarico II completó la labor legislativa de su antecesor con su código Lex romana visigothorum (506); perdió la vida en el 507 tratando de contener el avance de los francos en la batalla de Vogladum (Vouillé), que puso prácticamente fin al reino de Tolosa.
ASENTAMIENTO: Reino Visigodo de Tolosa.
Alarico I (395-410
Alarico primero . Alaricus Rex. Isla de Peuce (Rumanía), 365-370. – Cosenza (Italia 410. Rey de los godos (395-410).
Alarico pertenecía a uno de los dos más nobles y prestigiosos linajes godos, al de los Baltos, iniciándose con él la línea de los llamados Baltos “recientes”, verdadero fundamento de la etnogénesis visigoda y dinastía del llamado reino godo de Tolosa (418-507).
– Creador de la monarquía visigoda, aunque no fue proclamado rey.
– Su objetivo fue la búsqueda de un territorio para asentar a su tribu.
– Emigración desde el Danubio hasta Italia. Saqueo de Roma (410)
– Tomó como rehén a Gala Placidia, hermana de Honorio.
– Intento fracasado de pasar a Äfrica.
Enfermó y murió en Cosenza al volver hacia el norte.
El Saquéo de Roma y la muerte de Alaríco primero.
El 24 de Agosto del año 410 los visigodos entran en Roma por la puerta Salaria (al nordeste) con órdenes de saquear todo excepto las iglesias cristianas, amén de respetar los monumentos más importantes dada su fe cristiana y su gusto por el arte. Durante seis días y seis noches duró el saqueo, acompañado de asesinatos, incendios y torturas, tras los cuales Alarico decidió continuar su marcha hacia el sur. Entre los objetos de valor que se llevó de Roma se encontraba nada menos que la mesa del rey Salomón.
Alarico planeaba llegar hasta Brindisi con intención de viajar luego hasta Sicilia, donde podrían fletar una armada suficientemente poderosa y viajar a las tierras del norte de África, de donde provenían la mayor parte de las cosechas de grano de Roma. Bajo su mando marchaban soldados de diversos orígenes, esclavos y rehenes capturados en diferentes lugares, y entre ellos se encontraba Gala Placidia, la hija de Teodosio y hermana de Arcadio y Honorio, con la que pensaba obtener ventajas a la hora de negociar en un futuro. Atravesando y arrasando ciudades como Campania, Apulia o Calabria, los visigodos finalmente llegan a Cosenza, la última ciudad que vieron los ojos de Alarico.
Primero una terrible tempestad hundió la mayor parte de la flota que le esperaba en Sicilia, y luego Alarico falleció en medio de fiebres y convulsiones en Cosenza, posiblemente víctima de la malaria, poniendo así punto y final a sus planes de llegar a África. Los visigodos entierran su cuerpo en algún lugar bajo el cauce del río Busento, río que miles de esclavos tuvieron que desviar para cavar la tumba y volver a encauzar después de enterrarle, y cuyo supuesto lugar marca el llamado Puente de Alarico. Tras la obra y para conservar el secreto del emplazamiento se ejecutó a los esclavos que la habían cavado.
Ataulfo se convertiría en el nuevo rey de los visigodos, y en esposo de Gala Placidia estableciendo su sede en Hispania y su capital en Barcino (Barcelona).
Ataulfo (410-415)
Primera entrada en Hispania
– Pariente de Alarico, es elegido a su muerte. Fue el primer rey visigodo,
– Continuador de su búsqueda de un territorio, se dirige hacia las Galias.
– Toma Narbona, Tolosa y Burdeos y se casa con Gala Placidia.
– Acosado por Constancio pasa de las Galias a la Tarraconense.
– Es asesinado en Barcelona.
Barcelona fué, la primera capital Visigoda en Hispania.
La presión militar del Emperador Honorio llevó a que Ataúlfo se retirara hasta entrar en Hispania; un camino que cinco años antes había realizado los suevos, vándalos y alános (arrasando todo a su paso). La gran diferencia de las anteriores razzias bárbaras es que Ataúlfo fue un rey capaz de asentar una corte e intentar una organización política centralizada. Esta labor la realizó en Barcino (Barcelona) donde instaló su gobierno o corte. Desde ahí quiso gestar su soñado imperio, aunque su acercamiento a Roma le grajeó enemistades peligrosas que provocaron su asesinato. Lo que queremos destacar, sin embargo, es que la primera capital de España, en el período visigodo, fue varias veces Barcelona, incluso antes de que acabara asentándose en Toledo. La historia que sigue es tan sencilla como la naturaleza humana, esto es, cruel: asesinatos de reyes y manipulaciones políticas estuvieron al orden del día. El Emperador Honorio pagó a los godos para que exterminaran a vándalos y alános, cosa que hicieron (sólo se salvaron los suevos que acabarían integrándose con los godos a regañadientes). A cambio, el emperador les regaló Aquitania, pasando la capital visigoda de Barcelona a Tolosa.
La trágica vida de Gala Placídia.
Fue testigo de la caída de Roma ante el ejército de Alarico en el año 410, y vivió en la actual Barcelona antes de tomar las riendas del Imperio.
Si bien se conocen la mayoría de detalles del emperador Teodosio el Grande, quien había logrado recomponer el ejército y derrotar a los bárbaros en varias ocasiones, muy poco se recuerda de su hija Gala Placidia. Nacida en Constantinopla hacia el año 390 d.C., resulta insólito que apenas se recupere la figura de una mujer que gobernó el Imperio romano de Occidente desde el 425 hasta el 437.
Tuvo una vida verdaderamente intensa y se vio envuelta en grandes conspiraciones. Hija de un segundo matrimonio de Teodosio, su madre murió asesinada por Arcadio, medio hermano de nuestra protagonista. Por aquel entonces Gala vivía en Roma, en una casa custodiada por el general Estilicón, con quien se había propuesto contraer matrimonio. No obstante, con una conspiración de por medio, el emperador Honorio mandó ejecutarlo.
En este ambiente de grandes tensiones, la joven sería testigo de una de las mayores desgracias del Imperio. El godo Alarico había llegado a las puertas de la gran ciudad. Es aquí donde empieza el periplo de Gala. Las fuentes no explican por qué, pero la joven hija de Teodosio ordenó que se estrangulara a Serena, mujer de Estilicón y tía suya. En el 410, finalmente Alarico lograría penetrar las puertas de Roma. No solo saqueó la ciudad, sino que se llevó como rehén a Gala. "Tuvo que acompañarlos hasta la Galia, ante la impasibilidad, imbecilidad e impotencia de Honorio, acuartelado en Rávena",
De la Galia pasó a Barcino (Barcelona) con su nuevo marido, el también godo Ataúlfo. La mujer romana, que ahora abrazaba la cultura germana, tan solo pudo mantener aquella paz y felicidad durante un año. Su esposo y su hijo serían asesinados y a ella la hicieron pasear en grilletes por las calles de Barcelona.
Los nuevos líderes godos enviaron de regreso a Gala a su amada Roma a cambio de un gran rescate. "Honorio entonces, obligó a Gala Placidia a casarse con el general Flavio Constancio, quien casualmente fue asesinado en una conjura, no sin antes haberla fabricado dos hijos a Gala",
En el año 423, Honorio murió por causas naturales. No dejó herederos para gobernar el Imperio de Occidente, por lo que Gala Placidia decidió actuar tras años de sometimiento y humillación.
"Placidia hizo valer sus derechos y los de su hijo y, tras conseguir con cierta dificultad y mucha negociación bizantina la bendición de su otro medio hermano Arcadio, marchó a Rávena, donde fue regente del imperio hasta la mayoría de edad de su hijo Valentiniano III, el último heredero de Teodosio".
Sigerico (415) –
Sigerico fue elegido rey tras la muerte de Ataúlfo. Es posible que fuese el instigador del asesinato de su predecesor, ya que era hermano de Saro, un caudillo godo que fue perseguido y ejecutado por Ataúlfo. Sigerico, al contrario que Ataúlfo, no sentía aprecio ni admiración por el mundo romano, fue elegido por elementos progóticos dispuestos a continuar la guerra contra los romanos.
El reinado de Sigerico sólo duró 7 días, ya que fue asesinado por los partidarios de su sucesor Wália. A pesar de la brevedad de su mandato, dio muestras de sobrada crueldad. Tuvo tiempo para asesinar a todos los hijos de la primera mujer de Ataúlfo, así como para tratar miserablemente a Gala Placidia, la segunda mujer de Ataúlfo.
– Fue asesinado por los partidarios de Wália.
Este capitulo es la segunda parte que he dedicado, al Reino Visigodo de Tolosa.
Cronológicamente verémos, los reinados que se fueron sucediéndo en aquella época oscura.
Empezarémos por Wália, y acabarémos con Alaríco segundo. Su muerte en la Batalla de Vouillé, puso fin, al Reino Visigodo de Tolosa., iniciándose a partir de ese momento, el Reino Visigodo de Toledo en Hispania. Escuchémos.
Wália (415-418)
Segunda entrada en Hispania
– Hermano de Ataulfo.
– Nuevo intento fracasado de traslado a África.
– Acuerdo con Honorio que concedía al pueblo godo la provincia de Aquitania Secunda como federados del Imperio a cambio de liberar Hispania de alanos, vándalos y cuadosuevos.
– Reconquistó para Roma la Cartaginense, la Bética y la Lusitania
– Trasladó la capital del reino de Barcelona a Tolosa (Toulouse).
En 418, con una rapidez asombrosa, los visigodos aniquilaron a los vándalos silingos de la Bética y su rey Fredbal fue hecho prisionero y llevado a Roma. Más tarde les tocó el turno a los alanos, su rey Adax murió y los escasos supervivientes se refugiaron entre los vándalos asdingos del rey Gunderico, que estaban asentados en Gallaecia (Galicia). Únicamente quedaban en pie dos pueblos: suevos y vandalos asdingos y su suerte parecía estar echada. Entonces se produjo un cambio en la política romana, prefirieron seguir dejando establecidos a estos pueblos en Hispania y ofrecieron a Walia la posibilidad de formar un reino en la región de Aquitania Secunda. Walia no rechazó el ofrecimiento, los visigodos dejaron de combatir y se dirigieron hacia sus nuevas tierras en la Galia. Sus fronteras por el sur debieron ser los Pirineos, y dentro del territorio que ocuparon estaban, entre otras, las ciudades de Burdeos, Angulema, Poitiers y algunas ciudades de la Narbonense, como Tolosa que fue escogida como capital.
De este modo, Walia se convirtió oficialmente en el primer rey visigodo, pero no pudo disfrutar mucho de su éxito, pues moriría ese mismo año.
Teodoredo (418-451) –
Supuesto hijo ilegítimo de Alarico, es también conocido como Teodorico.
– Su reinado fue el más largo de toda la monarquía visigoda.
– Conflictividad con el Imperio. Consiguió la independencia del Reino Visigodo liberándose de su situación de federado de Roma.
– Intentó, sin conseguirlo, ampliar su territorio hasta el Mediterráneo.
Teodorico, que no renunciaba a su política de expansión territorial, pretendió una alianza con los vándalos. En el 442 dio una de sus hijas en matrimonio a Hunerico, hijo del rey vándalo Genserico, por entonces independiente en África. Tal vez, queriéndose unir nuevamente a Roma, Genserico la mutiló con el pretexto de que lo quería envenenar, y la envió a su padre. El segundo intento fue con los suevos, casando a otra hija con su rey Requiario.
En el 451 Atila, rey de los hunos, entró en las Galias con su ejército. Para contenerlo, acudió Aecio que se encontró con que casi todo el ejército romano estaba formado por tropas auxiliares y casi ninguna puramente romanas. A pesar de la vieja enemistad, Aecio pidió a Teodorico que se le uniera con su ejército. Este se negó al principio, pero por influencia de Avito, futuro emperador, y seguramente ante el peligro que a todos amenazaba, accedió. Derrotaron a Atila en la batalla de los Campos Cataláunicos, pero Teodorico murió en el campo de batalla.
Turismundo (451-453) –
Su reinado
Era el hijo mayor de Teodorico y había acompañado a su padre en la batalla de los Campos Cataláunicos contra los hunos. Parece ser que fue elegido rey en el mismo campo de batalla. El primer intento de Turismundo fue atacar a Atila, que se encontraba en retirada, pero Aecio, que temía el fortalecimiento excesivo a los visigodos, lo convenció para que volviese a Tolosa con el pretexto de impedir que sus hermanos se apoderasen del tesoro real, y por lo tanto de la corona. Ya que, según el concepto germánico de la monarquía, el trono era inseparable de tesoro real.
La situación interna del reino no fue tranquila, ya que desde el primer momento Frederico y Teodorico, hermanos del rey, tuvieron pretensiones a la corona.
Turismunto continuó la política de expansión de su padre batallando primero contra los alanos, establecidos por Roma en Orleáns, y después contra los romanos directamente, sitiando Arlés. Para resolver la situación interna de su reino, Turismundo, tuvo que regresar, no sin antes levantar el sitio de Arlés a cambio de una fuerte suma pagada por Roma.
Sus hermanos, apoyándose en los que aún querían una política de acercamiento a Roma y en los descontentos, se enfrentaron abiertamente al rey y lo asesinaron estrangulándolo.
Año 452:
Atila, después de su derrota en los Campos Cataláunicos, se reagrupa e invade Italia sin encontrar resistencia, llegando hasta la ciudad de Roma donde retrocede ante el papa León I.
Año 453: Muere Atila.
Teodorico II (453-465)
Subió el trono después de estrangular a su hermano Turismundo. Teniendo la necesidad de sentirse apoyado por Roma, y al mismo tiempo siguiendo su inclinación personal y la de sus partidarios hacia el Imperio, firmó en los primeros tiempos de su reinado un foedus que lo comprometía a prestar auxilios militares.
Debido a este pacto, Frederico, hermano de Teodorico II, derrotó en la Tarraconense a los bagaudas, grupos armados que practicaban el bandolerismo.
Comienzo de la ocupación de Hispania
– Partidario de la colaboración con el Imperio. Amistad con el Emperador Avito,
– Pacificó la Tarraconese exterminando las bandas de bagaudas que la asolaban.
– Reconquistó gran parte de Hispania que habían ocupado los suevos dirigidos por Requiario, aislándolos en Galicia y dejando algunas guarniciones en la península.
– Aprovechando la descomposición del Imperio, ocupa la Septimania.
– Es asesinado por la facción de su hermano Eurico, opuesto a la colaboración con Roma.
Eurico (466-484)
– Durante su reinado desaparece el Imperio Romano, en 476.
– Continuó ampliando el reino visigodo de Tolosa ocupando la Lusitania, la Tarraconense, la Cartaginense y territorios en la Galia como Arles y Marsella entre otros.
– Su reino, con sede en Tolosa y el más poderoso de Europa Occidental, se extendía por gran parte de las Galias e Hispania excepto parte de la Gallecia y las zonas ocupadas por astures, cantabros y vascones.
– Fomentó la persecución del clero católico, opuesto a su lucha contra el Imperio.
– Hizo redactar el “Código de Eurico”, aplicable únicamente a los godos, muy influido por el derecho romano y el primero que se redactó para un pueblo germánico.
Tal vez, el hecho más importante del reinado de Eurico sea la compilación del derecho visigótico en el Código que lleva su nombre. Primer cuerpo legal escrito de los pueblos germánicos y que regulaba las relaciones jurídicas entre los visigodos. El resto de la población se regía por la ley romana.
Los visigodos, que eran arrianos, tenían conflictos con los católicos. Pero las persecuciones de Eurico a estos fueron más políticas que religiosas, ya que el clero católico representó siempre al partido romano frente a los deseos de conquista de Eurico.
En el año 484 murió Eurico de muerte natural.
Alarico segundo (484-507)
· Títulos: rey de los visigodos
· Dinastía: Baltinga
· Reinado: 484 - 507
· Nacimiento: desconocido
· Muerte: año 507
· Predecesor: Eurico
· Sucesor: Gesaleico
Alarico II ("Alareiks" en gótico) fue rey de los visigodos. Hijo de Eurico, reinó durante el periodo comprendido entre los años 484 y 507. Se casa con Teodegonda, hija ilegítima de Teodorico el Grande, rey de los ostrogodos.
486 - Alarico II niega refugio a Afranio Siagrio, gobernante romano del Reino de Siagrio (último reducto del Imperio romano de Occidente) quien había sido derrotado por Clodoveo
– Conflicto permanente con los francos: Apoyo del clero cristiano a Clodoveo, que se ha convertido al catolicismo.
507 - Muere en la batalla de Vouillé en la que se habían enfrentado los visigodos con las tropas del rey franco Clodoveo primero, marcando el final del Reino de Tolosa
Le sucede su hijo Gesaleico quien trasladaría los restos del reino visigodo a Hispania
Elabora un código de leyes conocido como Breviario de Alarico de inspiración romana.
La Batalla deVouillé.
Clodoveo primero, rey de los francos, trataba de construir un poder político unificado extendiéndose, a imitación de los romanos, por el norte y este de la Galia. Para lograrlo, primeramente venció al patricio galorromano Siagrio en Soissons, que había establecido su reino entre el Sena y el Loira, reuniendo estos territorios bajo su cetro. Continuó la expansión hacia el norte, venciendo a los alamanes en la batalla de Tolbiac.
Pero una de las claves de su éxito fue su conversión al cristianismo, promesa que había hecho a su esposa Clotilde, bajo la condición de la victoria en labatalla de Tolbiac.
De esta manera, Clodoveo se aseguraba el respaldo de la alta aristocracia galorromana, y de las tribus cristianas dispersas por su reino. Esto le daba ventaja frente a otros pueblos germánicos, de confesión arriana, que mantenían tensas relaciones con los abundantes reductos cristianos de sus respectivos territorios. En el año 500, Clodoveo atacó a los burgundios, anexionándose Dijon. Clodoveo, una vez conquistados los territorios del este y el norte, sintió que la única traba a su dominio total de la Galia era el Reino visigodo de Tolosa, que controlaba todo el sur, y contaba con el apoyo de losostrogodos, al haberse casado Alarico II (rey del reino visigodo) con una hija de su cuñado el rey ostrogodo Teodorico el Grande, llamada Teodegonda.
Desarrollo de la batalla;
En la primavera del año 507, el ejército franco cruzó el río Loira en dirección aPoitiers, bajo el mando de Clodoveo primero y de su hijo mayor Teodorico. El ejército visigodo marchó por el norte para cortarles el paso con la esperanza de que los refuerzos ostrogodos llegaran a tiempo. La batalla tuvo lugar en la llanura de Vouillé, a unos 15 kilómetros de Poitiers. Clodoveo se presentaba con 40.000 hombres, 10.000 de ellos buenos jinetes. El ejército visigodo contaba con un número algo superior de soldados, poco entrenados. sin embargo,. Se inició una terrible lucha cuerpo a cuerpo, hasta que las tropas francas mataron al rey visigodo Alarico II. Tal como pasó en la batalla de Tolbiac contra los alamanes, la muerte del rey dictó la desbandada de los visigodos, que acabaron masacrados por los francos. Sólo la intervención in extremis de sus hermanos ostrogodos permitió que los visigodos pudieran huir hacia Hispania.
Consecuencias de la batalla.
Esta victoria abre a Clodoveo primero el camino hacia el sur, conquista Toulouse, hasta entonces capital de los visigodos, Aquitania, Gascuña y Limós, , viendo cumplidas sus aspiraciones de dominar la Galia. Además, con la victoria franca, los burgundios pudieron establecerse en la Narbonense. Tras la derrota, los visigodos sólo conservaron la Septimania en el actual territorio francés, franja costera que enlazaba Carcasona, Narbona, Nimes y Arlés.
Este fracaso militar condicionó también el establecimiento definitivo de los Pirineos como frontera, mantenido hasta hoy, y el traslado de la capital visigoda de Tolosa a Toledo, consolidándose como base del Estado un territorio antes secundario, e intensificándose la germanización de la península. Otra de las consecuencias fue la unificación de territorios a costa del aniquilamiento de los suevos de Galicia y el norte de Portugal.
Los Visigodos en Hispania. Reino de Toledo.
ASENTAMIENTO: Reino Arriano en Hispania
Gesaleico (507-511)
Muerto Alarico en la batalla de Vouillé, una parte de la nobleza nombró rey a Gesaleico, hijo natural de aquel, en Narbona, uno de los escasos núcleos de resistencia a los francos. También, Alarico había dejado un hijo legítimo de cinco años de edad, Amalarico, nieto por vía materna del rey de los ostrogodos, Teodorico "el Grande". Aunque entre los visigodos no existía la monarquía hereditaria, Teodorico pretendió que su nieto fuese proclamado rey.
Gesaleico no pudo impedir que se derrumbase toda la Galia, cuyas ciudades se entregaban gozosas a Clodoveo, rey de los francos, al que consideraban su libertador.
Sitiada y conquistada Narbona por Gundebaldo, rey de Borgoña, Gesaleico, que se encontraba allí con su corte, pasó a Hispania y se estableció en Barcelona. A continuación el ejército franco-borgoñón sitió la ciudad de Arlés que resistió sin el auxilio de los visigodos, pero sí con el de los ostrogodos, a pesar de los intentos que hicieron desde el interior para entregar la ciudad. Intentos que se atribuían unas veces al obispo católico San Cesáreo y otras a los judíos.
Teodorico "el Grande" intervino contra Gesaleico, y contra francos y borgoñones, para defender los derechos de su nieto Amalarico. El ejército ostrogodo, al mando del duque Ibbas, derrotó a los franco-borgoñones y levantó el sitio de Arlés. Recuperó Septimania y la Provenza, pasando esta última a ser ostrogoda.
Hecha la paz con francos y borgoñones, el ejército ostrogodo, al mando de Ibbas, se dirigió contra Barcelona. Gesaleico tuvo que huir refugiándose entre los vándalos de África en 510. Más tarde intentó recobrar la corona con el auxilio de Clodoveo, que veía en Teodorico un enemigo más peligroso, pero fue derrotado, capturado y muerto por Ibbas en 511, cerca de Barcelona.
Aunque Gesaleico pierde el trono en 510, San Isidoro reconoce su legitimidad y comienza a contar los años de reinado de Teodorico, en nombre de su nieto Amalarico, desde la muerte de Gesaleico en 511.
Amalarico (526-531) –
Regencia de Teodorico "el Grande", rey de los ostrogodos de Italia. (511-526)
Destronado Gesaleico por el duque ostrogodo Ibbas, Teodorico "el Grande" se hace cargo del reino visigodo de Hispania, en calidad de regente en nombre de su nieto Amalarico, hijo de Alarico II. Este período de regencia de Teodorico marcó el intento de sometimiento de Hispania a la corte ostrogoda de Italia y la unión política de las dos ramas de los godos. La posesión, por parte de Teodorico, del tesoro real visigodo que había trasladado desde Carcasona, amenazada por los francos, a Ravena, jugó un importante papel en la legitimidad de Amalarico como único rey visigodo.
Muerto Gesaleico y Clodoveo, los visigodos recuperaron algunas ciudades fronterizas de la Galia. A pesar de estos encuentros en la frontera, la regencia de Teodorico, que actuó como verdadero rey, fue completamente pacífica. Hispania fue gobernada por altos funcionarios ostrogodos que dedicaron sus esfuerzos a la organización del reino. Entre ellos, se encontraban Ibbas y posteriormente Teudis, que más tarde sería rey.
Durante la regencia de Teodorico, la religión católica y su clero no sufrieron persecuciones de ningún tipo.
Reinado de Amalarico. (526-531)
Amalarico tomó el poder a la muerte de su abuelo Teodorico. Renunció en favor de los ostrogodos a los territorios de la Provenza pero no a los de la Narbonense, liberó a Hispania del pago de tributos a Italia, recuperó el tesoro real visigodo y quiso asegurarse unas buenas relaciones con los francos. Para ello se casó con Clotilde, mujer de ferviente catolicismo, hija de Clodoveo y hermana de Childeberto, rey de los francos de París. Pero este matrimonio fue motivo de la ruptura con los francos, por la intransigencia religiosa del arriano Amalarico y los malos tratos hacia su esposa.
Instigado por su hermana, Childeberto I se enfrentó a Amalarico en una batalla que se dio junto a Narbona en el 531 y que perdió el rey visigodo. Tuvo que huir a Barcelona, y allí murió apuñalado por un franco.
Teudis (532-548)
Teudis fue un alto funcionario que había gobernado el reino visigodo durante la regencia del rey ostrogodo de Italia, Teodorico "el Grande", en la minoría de edad de su nieto Amalarico. No era visigodo y se había casado con una noble hispano-romana que poseía extensas propiedades agrarias y un gran número de colonos y clientes. Gracias al apoyo de muchos nobles visigodos e hispano-romanos fue elegido rey según las costumbres germanas.
Su principal tarea fue el sometimiento de los diferentes territorios de Hispania, y para ello tuvo que enfrentarse a los francos, primero cuando en 532 atacaron la Septimania y ocuparon Béziers, y más tarde, cuando en 541, al mando de los reyes Clotario I y Childeberto I, penetraron en Hispania, donde tomaron Pamplona, saquearon la Tarraconense y pusieron sitio a Caesaraugusta (Zaragoza) durante cuarenta y nueve días. Ante el acoso de los visigodos, tuvieron que levantar el sitio y cuando estaban de retirada fueron aniquilados por el general Teudisclo, o Teudiselo, en el Pirineo.
Temeroso del empuje de las tropas bizantinas dirigidas por el general Belisario en el Mediterráneo occidental, que desde 534 ocupaban África después de haber destruido el reino vándalo, Teudis decidió establecer un control de la línea costera de la Bética y conquistar uno de los lugares más estratégicos, la ciudad de Septem (Ceuta). Lo consiguió en 542, aunque los ataques de los bizantinos lo obligaron a abandonarla.
En el año 548, Teudis ordenó que se agregase al Código de Alarico una ley sobre costas de juicio para todo el reino, y que se castigara con la pena de muerte al que aplicara leyes distintas a las del Código. La nueva ley era para godos e hispano-romanos.
Durante el reinado de Teudis, la iglesia católica gozó de una gran libertad. Murió asesinado en su palacio por una persona que se fingía loco.
La leyenda de la Túnica de San Vicente en Caesaraugusta. Veámos.
La amenaza de los francos se concreta en verano del año 541, cuando un potente ejército encabezado por los reyes Childeberto y Clotario I (o Clotachario) y los tres hijos mayores de éste, partió de la ciudad de Dax y atravesó el Pirineo con la intención de conquistar el valle del Ebro.
El asedio de Caesaraugusta, protegida por la potente muralla tardorromana y reforzada posiblemente por una guarnición visigoda, se prolongó durante 49 días, sin que las tropas sitiadoras pudieran superar las defensas de la ciudad.
El obispo Gregorio de Tours, en un claro intento de enmascarar el desastre de la expedición, señala que el fracaso franco se debió a la intervención milagrosa de San Vicente en ayuda de los sitiados. Según este autor, cuando la situación de la ciudad ya era desesperada, sus habitantes, imitando a los de Nínive, se sometieron a un ayuno riguroso y comenzaron a desfilar en procesión sobre las murallas, los hombres cubiertos de cilicios, entonando cánticos y llevando consigo la túnica de San Vicente, y las mujeres con mantos negros, con los cabellos sueltos y cubiertos de ceniza, e implorando la ayuda divina. Los supersticiosos francos creyeron que se trataba de un maleficio contra ellos, pero informados por un campesino prisionero sobre la verdad de los hechos y de que los habitantes de la ciudad no eran arrianos sino católicos, ofrecieron al obispo de la misma (Juan) levantar el asedio a cambio de una reliquia de San Vicente como prenda de paz. El obispo les entregó la estola del mártir, que Childeberto llevó a París, donde hizo construir una basílica para su culto (la actual Saint Germain des Prés) y en la que fue enterrado tras su muerte en el año 558.
Teudiselo (548-549)
– General bajo el reinado de Teudis y también ostrogodo, fue elegido a su muerte.
– De inmorales costumbres privadas, según San Isidoro, fue asesinado en Sevilla en un banquete con godos e hispano-romanos.
Agila (549-551) –
Subió al trono por elección y comenzó su reinado con una campaña contra la Bética, que se había sublevado porque la aristocracia hispano-romana, que seguía ostentando la administración provincial, era hostil a la presencia de los pueblos germánicos y por ello las sublevaciones eran continuas. Atacó Córdoba, que era el foco principal de sus enemigos, y fue derrotado, muriendo en la contienda su hijo y perdiendo el tesoro real. Agila se retiró a Emerita Augusta (Mérida), ciudad que le era fiel.
En 551, sus enemigos eligieron rey a Atanagildo, pero fue considerado como usurpador hasta que murió el rey legítimo.
La guerra civil entre ambos no tardó en estallar. Atanagildo tuvo que pedir ayuda al imperio bizantino porque Agila poseía todavía entre los visigodos un apoyo considerable. Las tropas enviadas por el emperador Justiniano, al mando de Liberio, unidas a las de Atanagildo derrotaron a Agila junto a Sevilla, y de nuevo el rey se retiró a Mérida, en donde fue asesinado por los suyos, que reconocieron a Atanagildo.
Atanagildo (551-567).
Traslado de la capital visigoda a Toledo.
Se levantó contra Agila y consiguió derrotarle con la ayuda de los bizantinos. A pesar de la victoria, tuvo que hacer frente durante todo su reinado a sus antiguos aliados, que habían enviado nuevas tropas. Los continuos enfrentamientos no consiguieron su expulsión, al contrario, los bizantinos ampliaron cada vez más sus conquistas en toda la franja costera de la Bética y la Cartaginense. La necesidad de controlar a los bizantinos impulsó a Atanagildo a establecer su corte en Toletum (Toledo).
Le excesiva atención concedida a los problemas de la Hispania meridional favoreció la expansión de los suevos, recientemente convertidos al catolicismo, por las zonas limítrofes a los territorios que ocupaban en el noroeste. Sin embargo, el nordeste permaneció en calma gracias a las buenas relaciones con los merovingios, que veían también un enemigo en los bizantinos. Por ello, unieron sus fuerzas siguiendo el sistema de las alianzas matrimoniales: Sigeberto I, rey de Austrasia se casó con Brunequilda y Chilperico I, rey de Neustria con Gelesuindia, hijas de Atanagildo y de Godsuinta.
Durante su reinado existió una gran tolerancia religiosa, debido seguramente al apoyo que había buscado en la aristocracia y en el clero hispano-romano. Atanagildo murió de muerte natural en el 567.
Atanagildo trasladó la capital de la Hispania Visigoda, de Barcelona a Toledo, empezando así, la época de máximo esplendor de los Visigodos. El Reino de Toledo. Huvo un gran Monarca que unificó, todos los territorios de la península Ibérica. No quiero polemizar pero a partir de este momento de la Historia, se inició un Estado, al que se le llamó España. Escuchémos.
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Se ha considerado a menudo la etapa de Leovigildo como aquella marcada por el apogeo del arrianismo en el Reino de Toledo. Sin embargo, se ha destacado aún más la eficiencia e intensa actividad política y militar que presidió su reinado. Leovigildo se mostró desde el principio sorprendentemente activo en lo que a negociaciones y concertaciones de alianzas con los territorios periféricos se refiere, así como respecto al número de campañas militares que protagonizó prácticamente desde su llegada al trono.
Leovigildo (572-586)
– Rey de todos los visigodos a la muerte de su hermano Liuva.
– Casado con Gosvinta, viuda de Atanagildo y con gran influencia en la Corte.
– Su objetivo principal fue la unificación de toda la península.
– Sofoca la rebelión de su hijo Hermenegildo que, nombrado gobernador de la Bética, se convierte al catolicismo y su autoproclama rey de esa provincia. Vencido por Leovigildo, fue desterrado a Tarragona, donde morirá asesinado.
– Controla toda Andalucía excepto las zonas ocupadas por los bizantinos y aisla a suevos y bizantinos recortando sus territorios.
– Invade Galicia el 585 y se anexiona el reino suevo.
– Pacifica a cántabros y vascones. Conquista Amaya.
– Funda Recópolis y Victoriaco, las dos únicas ciudades creadas en el occidente europeo en esa época.
– Es el primer rey visigodo que se preocupa del protocolo, comenzando a utilizar manto, corona y trono.
– Fomenta la unidad interna reformando el Código de Eurico, derogando la prohibición de matrimonios mixtos entre cristianos y arrianos y reestructurando la Administración.
El Problema mas acuciante, que tubo Leovigildo en su reinado.
Sólo demostró falta de cálculo político a la hora de imponer una versión modificada del arrianismo en un territorio como el Reino de Toledo, donde prevalecía el culto católico trinitario de los hispanorromanos. La homogeneidad religiosa vendría, por el contrario, de la mano de su hijo Recaredo, que, invirtiendo la situación, desplazó al arrianismo en favor del catolicismo.
Leovigildo murió en Toledo en el 586.
ESPLENDOR DE La Monarquía Visigoda Católica.
Recaredo (586-601)
Conversión al catolicismo
– Asociado al trono por Leovigildo, que en 585 le encargó sofocar un levantamiento en la Septimania y un intento de invasión de los francos.
– Se convirtió al catolicismo en 587. En el tercer Concilio de Toledo (589) hizo profesión de fe católica y anunció la conversión de los visigodos al catolicismo.
– Ordenó la quema de los libros arrianos, suprimió su iglesia y vetó a los arrianos para cargos públicos.
– Tuvo que sofocar varias conspiraciones de godos arrianos.
– Combatió con éxito a los francos, los vascones y los bizantinos, a los que reconquistó varios territorios de la Bética.
Recaredo se había casado con una noble goda llamada Bada y dejaba un hijo ilegítimo, Liuva, que sería su sucesor. El rey falleció en Toledo de muerte natural en diciembre de 601
Liuva II (601-603)
Rey de la España visigoda, hijo ilegítimo de Recaredo; con tan sólo 18 años fue elegido para suceder a su padre en diciembre del 601. Se rebeló contra su padre y, aunque vencido, obtuvo el perdón del rey; El conde Witerico encabezó, después, una rebelión arriana de nobles que lo depuso. Witerico ordenó que le cortasen la mano derecha y que lo encerrasen en un calabozo de Toledo; más tarde fue ejecutado (entre el 12 de junio y el 7 de agosto del 603).
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Witerico (603-610)
Witerico intervino en la sublevación que tuvo lugar en Mérida en 588 contra la conversión de los arrianos al catolicismo dispuesta por Recaredo, aunque luego la traicionó consiguiendo no ser castigado. En 610, en un segundo intento para hacerse con el poder, encabezó una rebelión contra Liuva II. El rey fue asesinado y Witerico se hizo con la corona.
Witerico intentó restaurar el arrianismo, persiguió a los católicos y luchó contra los bizantinos sin lograr resultados positivos. Intentó una alianza con el reino franco de Borgoña a través del enlace matrimonial de su hija Hermimberga con el rey Teodorico II. No lo consiguió, ya que al poco tiempo Witerico sufrió la ofensa de que la princesa fuera devuelta después de un año de matrimonio, sin haberlo consumado y sin recuperar la dote que se aportó al mismo. Aunque Witerico intentó vengarse de Borgoña buscando alianzas con Agiulfo, rey de los lombardos, con los francos de Clotario II de Neustria y con Teodeberto II de Austrasia, no emprendió campaña alguna porque las alianzas eran demasiado débiles.
El reinado de Witerico finalizó al ser asesinado en su palacio por una conjura nobiliaria que alzó a Gundemaro al trono.
Gundemaro (610-612)
– Elegido después del asesinato de Witerico, murió de muerte natural sólo dos años después.
– En un sínodo en Toledo se traslada a esta diócesis la sede metropolitana de Hispania, que hasta entonces era Cartagena, ocupada por los bizantinos.
– Parece ser que fue el rey que estableció la inmunidad y el asilo en los templos.
– Organizó expediciones contra los vascones y los bizantinos.
– Murió sin sucesión después de 22 meses de reinado
Sisebuto (612-621)
Durante el reinado de Sisebuto la corte toledana vivió una época de esplendor científico y cultural
El rey Sisebuto fue sucesor de Gundemaro y reinó entre los años 612 y 621 , siendo contemporáneo del intelectual más importante de la época, Isidoro de Sevilla (560-636). Ha pasado a los anales de la historia de la monarquía visigoda por sus leyes antisemitas .
– Elegido como continuador de la política de Gundemaro, fue un rey muy culto y magnífico estratega, creando la primera escuadra naval visigod
– En muy buenas relaciones con San Isidoro, influyó en la iglesia y desarrolló leyes contra los judíos, excediéndose en su persecución.
– Promovió la cultura y escribió en latín textos literarios y sobre astronomía.
– Edificó la iglesia de Santa Leocadia de Toledo, sede de varios concilios posteriores.
La arquitectura de ese periodo es bastante pobre, pero cabe atribuirle la inauguración, el 26 de octubre de 618, de la basílica dedicada a Santa Leocadia, futura sede de cuatro concilios toledános.
– En sus campañas contra los bizantinos, conquistó Málaga dejándolos reducidos a una estrecha franja de terreno en el levante mediterráneo.
– En el norte redujo las rebeliones de astures, roccones, cántabros y vascones, para lo que accedió al Cantábrico con su nueva escuadra.
– Hay dudas sobre si su muerte fue natural o si murió envenenado.
El entierro real tuvo lugar en Toledo, en febrero de 621, siendo enterrado con honor y dejando a los nobles la difícil tarea de elegir al rey más conveniente para todos. Por supuesto, el designado fue Suintila, quien se encargó de seguir persiguiendo obstinadamente al sufrido pueblo judío, una costumbre que no cesaría hasta 1492, cuando más de 150.000 hebreos se vieron obligados a abandonar, para siempre, su querida Sefarad
Recaredo II (621)
Recaredo II ocupó el trono a la muerte de su padre Sisebuto. Era de corta edad y murió, probablemente asesinado, a las pocas semanas de ocuparlo. Le sucedió Suintila.
Suintila (621-631)
Suintila sucedió a Recaredo II. Había sido un gran general durante el reinado de su suegro Sisebuto interviniendo en las campañas contra los bizantinos. Durante el reinado de Suintila se produjeron dos hechos de gran importancia. El primero fue el sometimiento de los vascones que asolaban la Tarraconense, obligándolos a pagar un tributo para fundar una ciudad que bien pudiera ser la actual Olite. El segundo fue el abandono definitivo de los bizantinos de Hispania, debido a la derrota que sufrieron en los Algarves.
Suintila asoció a su hijo Ricimero al trono con el fin de que lo sucediera y convertir así la monarquía visigoda en hereditaria. No lo consiguió, ya que en el décimo año de su reinado, una conjura nobiliaria encabezada por Sisenando, duque de la Septimania, y apoyada por el rey franco Dagoberto I, reunió un poderoso ejército que entró en la Península y llegó hasta Zaragoza sin oposición. Allí Suintila intentó hacerles frente, pero debido a que no poseía las suficientes fuerzas y que fue traicionado por los suyos, huyó con su hijo.
Suintila, que llegó a ser un rey justo y respetado, perdió el favor de los nobles y eclesiásticos, seguramente, porque tuvo que realizar grandes confiscaciones.
– Depuesto por una rebelión dirigida desde Narbona por Sisenando, fue excomulgado en el IV Concilio de Toledo, confiscados sus bienes y desterrado.
Sisenando (631-636) –
Duque de la Septimania que consiguió la ayuda de Dagoberto I de Neustria para derrocar a Suintila, fue proclamado rey en Toledo.
– Volvió a necesitar la ayuda de Dagoberto para sofocar varias rebeliones de partidarios de Suintila.
– Convocó el IV Concilio de Toledo, presidido por San Isidoro, en el que se estableció el sistema de elección del monarca, participando partir de entonces los obispos además de la aristocracia goda, y se endureció la política con los judíos.
– Murió en Toledo de muerte natural.
Chintila (636-639)
– Fue elegido por la nobleza y los obispos, conforme se había establecido en el IV Concilio de Toledo.
– Diversas fuentes recuerdan su reinado como un periodo de agitación r inseguridad jurídica.
– Convocó los concilios quinto y séxto de Toledo donde se promulgaron nuevas leyes para la protección del monarca y se endureció la política contra los judíos prohibiendo residir en el reino a los no católicos.
– Falleció de muerte natural después de reinar poco más de tres años.
Tulga (639-642)
– Hijo de Chintila, fue elegido a la muerte de su padre ante una cierta oposición por el carácter hereditario de su nombramiento.
– Fue tonsurado y depuesto por una rebelión de Chindasvinto, que contaba con el apoyo de la nobleza goda y la oposición de los obispos.
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En el capítulo anterior, nos quedámos en el reinado de Turlga hijo de Chintila.
Turlga fue destituído por una rebelión de nobles visigodos, encabezáda por Chindasvinto.
Apartir de ahora seguimos otra vez la cronología hasta Rodrigo. La biografía del rey Rodrigo y el final del reino de Toledo, lo verémos en el siguiente episódio de Viajando al Pasado. Ahora escuchémos.
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Chindasvinto (642-653) –
Chindasvinto, el anciano Rey visigodo que sometió a la nobleza
El 30 de abril del 642, Chindasvinto era coronado Rey de la España visigoda. Lo hacía tras usurpar el trono mediante una conjura contra el monarca Tulga a sus 79 años.
A pesar de que cuando accedió al poder ya era un anciano, su gran energía y fuerte carácter le permitieron someter tanto a la nobleza como al clero. Buen ejemplo de ello fue una de sus primeras medidas con el fin de asegurarse su posición frente a cualquier revuelta. Esta no fue otra que la de ejecutar a 200 godos de las familias más nobles y a 500 de las familias de rango inferior a parte de ordenar muchos destierros y confiscaciones de bienes.
El VII Concilio de Toledo consintió y respaldó sus actos endureciendo las penas a aplicar a cualquiera que se alzase contra el Rey e incluso contra los clérigos que le prestasen apoyo.
Sofocada toda oposición, el anciano Rey Chindasvinto dio orden y tranquilidad nunca antes conocida en la España visigoda. Instauró la monarquía hereditaria al asociar al trono a su hijo Recesvinto mediante una proclamación realizada el 20 de enero del 648.
Desde esa fecha y hasta la muerte del anciano, el 30 de septiembre del 653, Recesvinto fue de hecho el monarca de los visigodos en nombre de su padre.
A pesar de ser implacable en sus actos políticos, Chindasvinto es recordado por ser un gran benefactor de la Iglesia, a la cual hizo grandes donaciones y dio grandes privilegios, saneó la hacienda pública gracias a las confiscaciones de bienes a los rebeldes, implantó un sistema recaudatorio más efectivo y justo y promulgó multitud de leyes referidas a aspectos políticos, económicos y sociales.
Durante sus últimos años de vida se dedicó a realizar actos de piedad y beneficencia, actos en los que podemos encontrar la fundación del monasterio de San Román de la Hornija para que a su muerte sus restos reposasen en un sepulcro junto a los de su esposa Riciberga.
Recesvinto (653-672)
Recesvinto había sido asociado al trono en 649 por su padre Chindasvinto. Pero debido a su ancianidad, Recesvinto reinó en nombre de aquel desde esa fecha. Cuando en 653 murió su padre, comenzó a reinar en solitario. La asociación al trono se hizo por consejo de los obispos san Braulio y Eutropio y del conde Celso de la Tarraconense, que temieron que se produjera un vacío de poder que desembocara en guerra civil. De hecho, debió ser la causa de la sublevación encabezada por el noble Froya que, con la ayuda de los vascones, realizó una expedición devastadora por el valle del Ebro que culminaría con el sitio a Zaragoza. La llegada de Recesvinto a esa ciudad significó la derrota de los rebeldes y la ejecución de Froya.
Consciente del enorme número de castigados con despojo y excomunión perpetua, reunió en 653 el VIII concilio de Toledo. Allí pidió a los obispos que suavizasen la crueldad de la pena irrevocable. Pena que había sido sentenciada por el VII concilio y que todos habían jurado mantener. Los obispos declararon abolido el juramento de implacable castigo contra los enemigos del rey y de la patria. Recesvinto pudo, por ley, restituir confiscaciones anteriores.
– En cuánto a la edificación de iglesias y monasterios, Recesvinto Construyó la iglesia de San Juan de Baños de Cerrato, uno de los mejores exponentes que nos han llegado de la arquitectura visigoda del siglo VII.
La historia mezclada con la leyenda cuenta que a la vuelta de una batalla en la que Recesvinto había vencido al Caudillo de los vascones, Fruela, se detuvo en Baños de Cerrato a descansar porque sufría una afección renal. Entonces bebió el rey el agua de un manantial donde anteriormente existieron unas termas romanas y se atribuyó su curación a un milagro. Como gratitud erigió el templo dedicado a San Juan Bautista.
La labor legislativa iniciada por Chindasvinto tendría continuidad durante el reinado de Recesvinto al promulgar en 654 el "Liber iudiciorum". En él se aprovecha el Código de Eurico, ampliado por Leovigildo, y se añaden noventa y nueve leyes de Chindasvinto, más ochenta y siete de Recesvinto. Era de obligado cumplimiento para todas las personas del reino y se rechazaba todo Derecho no escrito. En 1241 Fernando III ordenó la traducción al romance del "Liber iudiciorum", que recibió entonces el nombre de "Fuero Juzgo".
El Fuero Júzgo estuvo vigente hasta el siglo XIX.
Recesvinto murió en Gérticos,la actual Wamba en la provincia de Valladolid. El mismo día de su muerte, 1 de septiembre de 672, Wamba fue elegido rey.
Wamba (672-680)
Persona de gran prestigio y avanzada edad. fue elegido inmediatamente, contra de sus deseos, en el mismo Gérticos y coronado posteriormente en Toledo.
– Magnífico militar, mientras estaba sofocando una revuelta de los vascones se produjo la rebelión en la Galia Narbonense a la que se une el duque Paulo, enviado para sofocarla. Wamba en una campaña fulgurante vence a los vascones, reconquista Barcelona y Gerona, tomadas por Paulo y posteriormente Narbona.
– Se cree que trajo de Narbona las reliquias de San Antolín, para las que construyó un martirium del que se conserva la cripta en la Catedral de Palencia.
– Hay noticias de que su armada destruyó una expedición sarracena de 270 naves que pretendía acceder al litoral español.
– Proclamó una nueva ley militar obligando a nobles y obispos a acudir con sus huestes a la llamada del rey.
El reinado de Wamba terminó en 680 con una intriga palaciega encabezada por el noble Ervigio. El rey fue narcotizado, y al creerlo muerto lo tonsuraron y vistieron con el hábito religioso según la costumbre. Cuando Wamba recuperó la consciencia, no quiso luchar por su trono y se retiró al monasterio de Pampliega, junto a Burgos, donde murió en el año 688.
Ervigio, cabeza visible de la conjura, recibió la corona y la unción regia de manos de Julián, obispo de Toledo.
Hemos visto anteriormente, que varios monarcas visigodos, fueron tonsurados. Pero que significado tiene esa palabra. Vámos a verlo.
La tonsura es la práctica de cortar o afeitar parte o todo el pelo del cuero cabelludo como signo de devoción religiosa o humildad. El término tiene su origen en la palabra latina tonsura (que significa 'trasquilar' o 'cortar el pelo' ) y se refería a una práctica específica del catolicismo medieval, abandonada por orden papal en 1972.
Continuámos con el listado de reyes visigodos.
Ervigio (680-687) –
Después de conspirar contra Wamba, Ervigio fue ungido por Julián, metropolitano de Toledo, como nuevo rey. Era hijo de Ardabasto, noble griego de la corte bizantina, y de una mujer emparentada con Chindasvinto y Recesvinto. Su hija Cixilona se casó con Egica, futuro rey, sobrino de Wamba.
En los primeros meses de su reinado dictó leyes contra los judíos, que después serían ratificadas en el XII concilio de Toledo celebrado en 681. En este concilio y en el XIII, que se reunió en 683, se legisló para favorecer tanto a los nobles como a los clérigos, y también para proteger su persona y su familia, ya que había confiscado bienes, sometido a tormentos y reducido a servidumbre a muchas personas que habían sido partidarias de Wamba. En el concilio XIV de Toledo, reunido en 684, se incluyó el "Liber iudiciorum" reformado.
Ervigio murió el 15 de noviembre de 687, y antes de morir nombró como sucesor a su yerno Egica.
Égica (687-700)
Antes de fallecer, Ervigio designó sucesor a su yerno Egica, casado con su hija Cixilona, y que era sobrino de Wamba. Fue ungido el 24 de noviembre de 687 en la iglesia de San Pedro y San Pablo, de Toledo.
En el concilio XV de Toledo, reunido en 688, Egica pidió que se le eximiese del juramento prestado a Ervigio de defender a su familia, por entender que era contrario al juramento que hizo al subir al trono de defender a los súbditos. El concilio le liberó del juramento y Egica pudo actuar contra la familia de Ervigio, que durante su reinado había perseguido a los partidarios de Wamba.
Los acontecimientos más importantes del reinado de Egica fueron: la gran epidemia de peste en 693 que asoló, sobre todo, la Septimania; la adopción de medidas contra los judíos en el XVII concilio de 694, por sus maquinaciones con sus correligionarios refugiados en el norte de África para facilitar a los árabes la invasión de Hispania; y la conspiración contra el rey, encabezada por el obispo de Toledo Sisberto, que fue descubierta y el obispo desterrado, excomulgado y privado de sus bienes.
Las continuas conspiraciones en las que primaban los intereses personales, dan una idea de la grave situación interna del reino visigodo. En este reinado se acrecienta la progresiva descomposición del Estado y la impotencia militar que ya venía manifestándose en los reinados anteriores. Prueba de tal impotencia son las tres veces que los francos irrumpieron en la Septimania sin que Egica alcanzase ninguna victoria.
Egica murió en 702 y, siguiendo la tradición, había asociado el trono a su hijo Witiza, que fue ungido
Witiza (700-710)
En el año 700, el rey Egica asoció a su hijo Witiza al trono visigodo. Cuando murió su padre en 702, Witiza continuó reinando sin tomarse la molestia de hacerse elegir legalmente. Reunió un Concilio cuyas actas se han perdido e inició un reinado al parecer bastante tolerante. Perdonó a todos los que habían sido castigados por sublevarse contra su padre, sin excluir a los judíos. Su debilidad política y el nombramiento de su hijo Agila como su sucesor, al que confió el gobierno de la Tarraconense y de la Narbonense, propició la oposición y sublevación de los magnates visigodos que acrecentó la ruina del reino.
Las noticias sobre su reinado son muy escasas y confusas, y su figura ha sido profundamente falseada con leyendas. La más difundida es la que se refiere a su intervención en los hechos que propiciaron la invasión de Hispania por los árabes. Cuenta dicha leyenda que la hija del conde don Julián u Olián u Olbán, gobernador de Ceuta, que se educaba en la corte visigoda, fue violada por el rey. Para vengar la ofensa, el conde prestó ayuda a los árabes para la invasión. Pero esta leyenda tiene varias versiones, entre las que se encuentran: la mozárabe, que atribuye la violación a Witiza, y la de los partidarios de Witiza e historiadores árabes, que culpa al nuevo rey Rodrigo.
Otra leyenda, más verosímil, es la que cuenta la participación de la familia de Pelayo en alguna de las conspiraciones por motivo de venganza. Al parecer, Witiza, cuando era príncipe y tenía su corte en Tuy, había matado al duque Favila, padre de Pelayo, porque estaba enamorado de la mujer del duque. Cuando subió al trono, desterró de Toledo a Pelayo, que era espatario o guardia real, y que pasado el tiempo entraría en la historia como el primer rey de Asturias.
Witiza murió de muerte natural en el año 710. Dejaba el reino visigodo en una situación de grave descomposición que tenía su origen en reinados anteriores y que el difunto rey no supo o no quiso corregir.
Así fue la caída del reino visigodo-
La batalla de Guadalete supuso para muchos la ‘pérdida de España’.
Toda caída de un reino está envuelta en leyendas. Si el origen de cualquier nación, reino o imperio suele ser idealizado por los cronistas de cada época, el fin de los mismos suele tomarse como una desgracia en la que se culpan a los últimos gobernantes, se buscan traidores e incluso se inventan motivos que expliquen un hecho que parecía incomprensible. La vertiginosa destrucción del reino cristiano de los visigodos a manos de infieles como los musulmanes generó elaboraciones a tal fin. Son estas fuentes y su interpretación las que nos permiten conocer cómo fue el final del dominio visigodo en la península ibérica, uno de los hitos más estudiados en la historia de España.
La invasión musulmana en plena crisis gótica.
El final del reino visigodo se enmarca en el contexto de la expansión musulmana. Entre los siglos VII y VIII, el Islam llegó a formar un imperio tanto o más poderoso que la Cristiandad. Ambos pugnaron por la hegemonía del Mediterráneo. Hacia el año 710, los musulmanes ya controlaban el Próximo Oriente y todo el norte de África. Estaban preparados para asaltar Europa y el Estrecho de Gibraltar se antojaba una frontera fácil de superar.
Por entonces, la monarquía visigoda no andaba en sus mejores horas. El reino visigodo de Toledo había unificado la península ibérica bajo una misma estructura política, con un cuerpo legislativo, una religión y un sistema militar que hacían de esta monarquía una de las más potentes de cuantas se establecieron en Europa tras la caída del imperio romano de Occidente.
En el 710 murió el rey Witiza y eso generó la habitual lucha por el poder que se vivía en el reino visigodo con cada relevo en el trono. No es que entraran en una guerra civil (que, en parte, también), sino que la monarquía visigoda no era puramente hereditaria y había varios caminos por los que se podían llegar al trono.
No sabemos si fue elegido por la aristocracia o llevó a cabo un golpe de estado, pero a Witiza lo sucedió en el trono Rodrigo, un noble cordobés que apenas conservaría la corona durante un año, pues perecería contra los invasores musulmanes. En la primavera de 711, Rodrigo tuvo que dirigir su ejército hacia el sur de la península ante las noticias de unos barcos que estaban cruzando el Estrecho y llenando la península de un ejército dispuesto a acabar con el poder visigodo.
La batalla de Guadalete.
Una leyenda cuenta que Rodrigo violó a la hija del gobernador de Ceuta, Julián. Este, como venganza, ofreció sus servicios al gobernador árabe del norte de África, Musa ibn Nusayr para que iniciara la conquista de la península desde Ceuta. El paso hasta Gibraltar se abrió así para el ejército musulmán. Precisamente en estos momentos recibió su nombre el peñón del sur de España, bautizado como “la roca de Tariq”, en referencia al líder de la expedición que envió Musa: Tariq ibn Ziyad.
En julio de 711 tuvo lugar la batalla de Guadalete. Si bien hay que tener en cuenta que las fuentes no dejan claro el lugar de la contienda y muchos historiadores creen que no se dio junto al río que nombra la batalla. También generan muchas dudas el número de combatientes, pues las fuentes árabes engrosaron mucho los números. Los historiadores modernos nos hablan de entre 12 y 14 mil hombres en cada bando.
El fin del reino visigodo.
Rodrigo y su ejército fueron masacrados por los musulmanes. Tanto las fuentes árabes como cristianas coinciden en un asunto clave para el devenir de la batalla: una traición. Cuentan que los hijos de Witiza, a quienes Rodrigo les había dado el mando de facciones del ejército, abandonaron las filas góticas y combatieron del lado musulmán para acabar con Rodrigo, que había usurpado el trono de su familia. Pero el consenso actual es que esto forma parte también de la leyenda, pues ni los hijos de Witiza tenían edad para dirigir tropas en el 711, ni nadie en su sano juicio daría mandos en su ejército a jefes que pudieran volverse en su contra.
El número de bajas por parte de los visigodos fue muy elevado. Entre los muertos de la batalla figura el propio Rodrigo (aunque las fuentes tampoco dejan claro si logró huir o no). En cualquier caso, tras la derrota se fue descomponiendo el reino de Toledo. Algunas familias pactaron con los musulmanes para no perder sus posiciones a cambio de no oponer resistencia a los invasores. El ejército de Tariq continuó su camino hacia el norte conquistando ciudades, entre ellas Toledo, la capital de un reino que sucumbía ante la nueva mayor potencia militar del momento: el Isla
Tradicionalmente se achacó la caída del Reino visigodo a una decadencia política, económica e incluso moral, pero realmente fue consecuencia de una batalla decisiva en que su rey murió, de la división de sus élites, y de la conquista de su capital que hizo muy difícil poder organizar una resistencia coordinada. A algunos les sorprende la velocidad de la conquista musulmana, pero lo cierto es que es más fácil y rápido conquistar un estado y un territorio con ciudades desde donde controlar las áreas rurales que un territorio dividido en tribus y sin ciudades, como ocurrió en la Hispania prerromana o en la conquista árabe del Magreb. Los últimos reductos godos de la Septimania fueron conquistados en la década del 720, mientras que en las montañas cantábricas emergió un caudillo que fundó el Reino de Asturias, que posteriormente reclamaría ser sucesor del Reino visigodo.
La restauración de la España visigoda: la historia del Reino de Asturias a través de sus crónicas
Ampliamente es conocida la historia del inicio de la Reconquista en la península ibérica como consecuencia de la desmembración del reino visigodo de Toledo tras su derrota en la batalla del Guadalete en el 711. Tras esta, y ante el progresivo avance de la conquista islámica de los siguientes años, una parte de los visigodos fieles al rey Rodrigo huyeron a regiones más septentrionales y defensivas (Mitre, 1979: 99-100).
Sería en torno a la cordillera cantábrica donde el noble Don Pelayo lograría liderar a los visigodos instalados y a las poblaciones locales astures ante la necesidad común de oponerse a un rival superior. Y allí, como consecuencia de los intentos del Califato omeya por suprimir a estos grupos, se producía en torno al 718-722, ante todo pronóstico (Fernández Conde, 2015:11), la reconocida victoria en la batalla de Covadonga (Asturias).
El resultado para los musulmanes no fue relevante ante la ausencia de noticias, pero, para las llamadas crónicas asturianas, fue el inicio oficial de la llamada Reconquista, como consta en la Crónica de Alfonso III: «Confiamos en la misericordia del Señor, que de esta montaña que ves han de salir la salvación de España y el vigor del pueblo de los godos»
Qué debe España a los visigodos.
En la historiografía digamos progresista los visigodos tienen muy mala prensa, en proporción a la buena que se ha ofrecido a los moros, probablemente porque el régimen de éstos fue un despotismo oriental, y los despotismos siempre han subyugado la imaginación de nuestras izquierdas.
El período romano (seis siglos) hizo de Hispania una nación cultural, conformando lo esencial de nuestra cultura hasta hoy: el idioma, el derecho, la religión, una base literaria, muchas costumbres y actitudes... Luego llegaron los godos o tervingios, originarios probablemente de Suecia, tras peregrinar durante siglos por la Europa centrooriental y meridional, hasta disolverse en la población local nueve o diez siglos después de haber emprendido su migración desde Escandinavia.
La estancia de los visigodos en España duró casi tres siglos, y puede dividirse en tres períodos. De 415 a 507 se extendieron sobre gran parte de Hispania y de la Galia, con el centro de gravedad en esta última y capital en Toulouse. Tras su derrota por los francos, los godos se asentaron en Hispania, reteniendo una pequeña parte de la Galia y con capital oscilante entre Barcelona, Sevilla, Mérida y Toledo. Por entonces seguían formando una casta conquistadora ajena a la población indígena y al propio territorio, del que podían haber emigrado como antes lo habían hecho de tantos otros. Existía un poco estable reino godo, no hispano-godo, aunque aumentó la identificación de los invasores con el territorio y la asimilación cultural a la población políticamente dominada.
La conversión de Recaredo.El reinado de Leovigildo, a partir de 573, marcó un nuevo período muy diferente, que duraría unos 140 años hasta la extinción del estado, en torno a 714. Leovigildo constituyó un reino hispano-godo renunciando a gran parte de las tradiciones bárbaras, y Recaredo completó la reforma en un proceso muy probable de disolución de la etnia germánica en la hispanorromana. El poder político y militar permaneció en manos de la oligarquía tervingia, si bien debió de haber una interpenetración creciente con la oligarquía hispanorromana, según sugieren nombres como Claudio, Paulo o Nicolaus (tampoco es imposible que hispanorromanos adoptaran nombres germánicos, y viceversa). Simultáneamente, la organización cívico-religiosa romana –el episcopado– adquirió peso y representación creciente en el poder político.
Esta tercera fase marca la constitución política de la nación española, con tinte germánico pero sobre la base cultural heredada de Roma y el catolicismo (aun si persistían restos marginales de paganismo y pequeñas zonas montañosas apenas latinizadas).
Así, políticamente dominadores, los visigodos fueron culturalmente dominados: no fundaron Gotia, sino España, no impusieron el arrianismo, sino que adoptaron el catolicismo, ni extendieron las costumbres germanas, sino que se asimilaron cada vez más las romanas.
Lo que hicieron los godos, en suma, fue transformar una nación cultural en una nación política, única en Europa en su tiempo. No lo hicieron solos, sino con el impulso del episcopado, verdadero representante por entonces de la población hispanorromana. La nación trajo consigo logros como el habeas corpus visigodo, primera manifestación de un derecho fundamental, cierta autonomía municipal, una concepción de la libertad personal y una legislación compleja cuyas bases se mantendrían en España hasta el siglo XIX, etc.
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Esta nación política pudo haberse venido abajo con la invasión musulmana, y España quedar integrada culturalmente en el islam, como una prolongación del norte de África. Pero, como sabemos, no fue así. Entre los cristianos –mozárabes– bajo dominación islámica pervivió la añoranza de la "España perdida", incluso su legislación particular, y tan pronto los cristianos pudieron organizar una resistencia seria en el norte vindicaron la herencia goda. Algunos historiadores han querido hacer de esa vindicación una invención arbitraria, pero estaba plenamente justificada: como ha indicado el especialista Luis García Moreno, sin la nación hispano-goda previa, España se habría convertido en Al Ándalus y seguido el destino del Magreb; y la Reconquista simplemente habría sido imposible o quedado en la formación de unos cuantos reinos y condados primitivos, dispersos por las montañas del norte.
Debemos a los godos, pues, esa enorme contribución a nuestra historia. Otra cosa es que a unos cuantos –cada vez más, por ahora– les disguste España, su historia y su cultura, y añoren un reingreso de la península que ya no sería España– en el ámbito musulmán-magrebí